Páginas

miércoles, enero 22, 2014

EJERCICIOS ESPIRITUALES. EXPERIENCIA.

A falta de fotos, algo de música
 
"NO EL MUCHO SABER HARTA Y SATISFACE EL ALMA,  SINO EL SENTIR Y GUSTAR DE LAS COSAS INTERNAMENTE" (San Ignacio de Loyola)
 
Me dispongo, en este momento, a cabalgar un poco sobre el teclado del ordenador. El objeto de este paseo  no es otro que el poder acercaros a los Ejercicios en los que, durante este fin de semana, muchos hemos podido participar.

Cuando uno habla de Ejercicios, no sé lo que a su mente puede venir y siginificar. En lo que a mí respecta, implica uno de los momentos  más esperados del año, por breves que puedan ser (como han sido los de este finde). Ahora bien, breves pero densos. Densos por la cantidad de aspectos de la vida que te remueve.

Ejercicios. El principio y fundamento. El pecado. La vida Pública de Jesús... Un sinfin de puntos abarcan los EEEE para que uno, a lo largo de los mismos y antes de ser enviado a la Misión, pueda responder  en palabras de san Ignacio:
¿QUE HE HECHO POR CRISTO? ¿QUÉ HAGO POR CRISTO? ¿QUE DEBO HACER POR CRISTO?

Así, el viernes por la tarde, mientras un sinfin de murcianos se reunían con sus animales en torno a la Ermita de San Antón, desde diferentes lugares y procedentes de distintos grupos, doce ejercitantes se ponían en camino para ir al encuentro del Maestro, allí, en la orilla del mar. Este siempre ha sido uno de los lugares preferidos de nuestro Señor para encontrar a sus compañeros,  los Apóstoles, a los que después haría "pescadores de hombres".

 Ahora, veinte siglos más tarde y no en el mar de Galilea, como en antaño, sino en  Isla Plana, bañada esta por el Mare Nostrum, concurrían una serie de personas, unos sedientos como la Samaritana, otros faltos de visión como el ciego  Bartimeo, algunos agobiados como la cananea... enfin, todos con un mismo pensamiento: Jesús, EL AMIGO QUE NUNCA FALLA. Sus nombres eran: Ángeles, Carmen, Alicia, Ana, Consuelo, Ana, Borja, Néstor, Julio, Seve, Mateo y Felipe. 

Tras una suculenta cena (entre otras cosas, jeje una llanda de empanadas caseras recién hechas), y al comienzo de los EEEE,  Justo nos invitó a saborear el "ALMA DE CRISTO" que tanto rezaba Iñigo de Loyola. Esta oración la fue desgranando poco a poco, haciendo  hincapié de un modo especial en el  "Oh, mi buen Jesús, óyeme..."  Esta actitud de súplica ,tan frecuente en el Evangelio, es la que se nos aconsejaba adoptar para que fuera el "Hijo de David" el que, de su mano, nos condujera a través de los EEEE.

De su mano, nos llevó la mañana del sábado con tres mujeres, distintas entre sí, pero las tres con una cosa en común: unos ojos rasos de lágrimas por la mirada misericorde de Jesús: EL AMOR DE DIOS. Todo ello se desarrolló teniendo como  telón de fondo las palmeras del jardín, palmeras como las que Cristo vio durante sus 40 días en el desierto. Dios Padre fue nuestra palmera, nuestra sombra, nuestro cobijo en esos sinceros  y entrañables encuentros.

Por la tarde, nos acercamos a la orilla del mar y allí, aprovechando el levante, nos subimos a solas con El en la barca de la vida: esta, frágil y endeble, con remos carcomidos y velas quemadas, suplido ello por unos compañeros de viaje, aquellos por los que el Maestro, durante la travesía, nos invitó a  dar gracias.

Atentos al ocaso del día y a la hora de la siguiente plática,  apresuramos la vuelta a la playa, tras esa navegación espiritual. Ahora bien,   no todos llegamos al mismo tiempo sino cada uno "a su momento": unos a tiempo  sin obstáculo, otros sorprendidos por una marejada, algunos ya en tierra pero teniendo que salvar montañas de algas acumuladas, otros socorriendo perros temerosos por las gotas que empezaban a caer. El Señor no marca los tiempos a todos por igual. Cada uno se iba quedando por el camino, allí donde Dios más le removía, con independencia de la siguiente estampa a contemplar.Como decía León Felipe
 
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.

Luego, todos nos reunimos en torno a la Mesa de la Eucaristía. Las lecturas del Sábado, al igual que todas las lecturas de esta semana pasada, nos recordaba la fidelidad a la vocación a la que hemos sido llamados, todos y cada uno. Sea cual sea, pero todos: AMIGOS DE JESÚS Y COOPERADORES DE SU REINO

Una vez concluida esta, vino la cena. Esta vez degustamos  apetitosas tortillas de patata, coca de trampó y un esponjoso bizcocho casero. Todo ello necesario para reponer fuerzas tras ese fatigoso día. Y sin tampoco querer perder el rumbo de los EEEE, pasada la cena y tras  un rato de descanso, nos reunimos en la capilla, ante Jesús Sacramentado. Ante El  pedimos, junto a san Ignacio,  que la Señora, la Madre de Dios, "nos pusiera con su hijo".  Además, cadas uno tuvo ocasión de formular una oración de acción de gracias y para pedir perdón.

De todas estas letras se puede deducir que estos escasos dos días no han sido días de convivencia o, mejor dicho, han sido días de convivencia personal e íntima con Dios. Aquí os he puesto un pequeño flash de esos días y, sin adentrarme en los susurros personales y reservados del Maestro,  os invito a los que todavía no habéis hecho este año todavía a que aprovechéis las diferentes tandas que quedan todavía en la Iglesia de Santo Domingo (la de medidados de febrero creo que está llena). NO OS ARREPENTIRÉIS!!!
 
La mañana del Domingo siguió similar estructura a la del sábado. El régimen de silencio ya se rompió al comienzo de la Eucaristía en donde todos, agradecidos por los EEEE, participamos en la celebración comunitaria de su fe. A continuación, comimos un arroz de verduras y costillejas que estaba de muerte, arropado el plato principal por un abundante aperitivo.
Desde aquí aprovecho para dar las gracias a la organización e intendencia de estos Ejercicios: Consuelo, Toñi, Carmen Luna y Alejandro. Pienso que sin ellos todo esto no habría sido posible. En todo momento ellos centrados en cosas terrenas para que nosotros estuviéramos en las espirituales. Pero como decía santa Teresa: "Entre los pucheros también anda Dios". Igualmente ellos daban gracias de poder participar de forma colateral en los mismos. Todos agradecidos. Vivencias en comunidad.
 
Si bien todo esto hasta aquí es verdad, faltaría a la misma si dejase de mencionar y dar gracias  a Dios por Justo. El nos ha impartido los EEEE y así ha propiciado nuestro encuentro con El. Al mismo tiempo, han sido de mis ejercicios más intensos. Desde hace un año y medio tengo formalmente acompañamiento y estos son mis primeros EEEE desde aquel momento. Tantos años oyendo lo importante que es el trípode de EEEE, ORACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO en la espiritualidad ignaciana y ahora me empiezo a dar cuenta. Gracias, Justo, por estar ahí.
 
Un fuerte abrazo
Vuestro amigo en el Señor, Felipe M.C.
UNIDOS EN LA ORACIÓN
 
"NO EL MUCHO SABER HARTA Y SATISFACE EL ALMA, SINO EL SENTIR Y GUSTAR DE LAS COSAS INTERNAMENTE" (San Ignacio de Loyola)

No hay comentarios: